27 de septiembre de 2007. Público va de iconoclasta. Es lo que se lleva. No hay más que ver u oír los anuncios audiovisuales. Y como "es el mío", pues tengo libertad para decir qué me ha parecido este nuevo producto que llega a nuestros kiosocos. En tres palabras: bonito, bien hecho (a pesar de algún error de bulto) y muy sectario. Demasiado comprometido con la causa. No sé, desde que estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla tengo ciertos reparos para confiar en los que anuncian a bombo y platillo que son abiertos y tolerantes, porque suele ser habitual que sean ellos los primeros en empuñar la daga y atravesar el corazón del talante para convertirse en maestros del subjetivismo politizado. Es ese trazo en el horizonte que pintó Zapatero desde que llegó a la Moncloa y que ahora ya sabemos qué significa.
En esta línea de iconoclastia inconformista dispuesta a reinventarlo todo, decía ayer Ignacio Escolar en su primera columna de su primer ejemplar de su primer periódico que ese refrán que reza que "la cara es el espejo del alma, sólo se cumple en el cine". Yo creo que no, pienso que la cara de su periódico es un reflejo muy significativo de la sangre que bulle dentro de estas páginas, así como del espíritu que las alienta. De entrada, si se confirma la información que publica en su edición de esta mañana El Confidencial Digital, tendríamos que concluir que Público arranca con un plagio. Además del tema de apertura sobre el nuevo cabecilla de ETA, contado ya por Tiempo hace tres semanas según el diario digital, muchos coinciden en apuntar demasiados parecidos físicos con el diseño de ADN. Si la cara es el espejo del alma, podríamos decir que Público es un nuevo periódico llamado a "copiar y mejorar": un medio para cocinar noticias ajenas y ponerles la guinda, proceso que tiene su aquél, pero que no podemos llamar innovación. Es, por decirlo de alguna manera, "periodismo retro".
Además, el semigratuito del amigo de ZP pierde pie en sus informaciones. Opinión y noticia se abrazan, y lo que el subjetivismo une, que no lo separen los profesionales. Al PP le dedican casi una doble con titulares "informativos" del estilo "El PP insiste en comparar Afganistán con Irak" y de paso le da un toque indirecto destacando que Pizarro, el presidente de Endesa, se va con los bolsillos llenos. Lo más normal del mundo: un empresario que se va con la cartera vacía habría perdido el tiempo y habría sido un ejecutivo nulo, no entiendo dónde está la gracia de la información. A lo mejor es ésto lo que quieren lograr los de Roure cuando se proclaman "comprometidos y divertidos".
De todas formas, la puesta en marcha de un nuevo medio es una buena noticia. No sé yo si le quitará algún lector a El País, visto lo visto. Proyectos así de audaces tienen que ser un ejemplo para los que tienen una visión menos roja de la vida. Para la otra España, la política y empresarialmente mal vista, muchas veces las grandes intenciones acaban fraguando en iniciativas mediáticas cutres y tan poco atractivas que son piedras contra el tejado de su profesionalidad.
En esta línea de iconoclastia inconformista dispuesta a reinventarlo todo, decía ayer Ignacio Escolar en su primera columna de su primer ejemplar de su primer periódico que ese refrán que reza que "la cara es el espejo del alma, sólo se cumple en el cine". Yo creo que no, pienso que la cara de su periódico es un reflejo muy significativo de la sangre que bulle dentro de estas páginas, así como del espíritu que las alienta. De entrada, si se confirma la información que publica en su edición de esta mañana El Confidencial Digital, tendríamos que concluir que Público arranca con un plagio. Además del tema de apertura sobre el nuevo cabecilla de ETA, contado ya por Tiempo hace tres semanas según el diario digital, muchos coinciden en apuntar demasiados parecidos físicos con el diseño de ADN. Si la cara es el espejo del alma, podríamos decir que Público es un nuevo periódico llamado a "copiar y mejorar": un medio para cocinar noticias ajenas y ponerles la guinda, proceso que tiene su aquél, pero que no podemos llamar innovación. Es, por decirlo de alguna manera, "periodismo retro".
Además, el semigratuito del amigo de ZP pierde pie en sus informaciones. Opinión y noticia se abrazan, y lo que el subjetivismo une, que no lo separen los profesionales. Al PP le dedican casi una doble con titulares "informativos" del estilo "El PP insiste en comparar Afganistán con Irak" y de paso le da un toque indirecto destacando que Pizarro, el presidente de Endesa, se va con los bolsillos llenos. Lo más normal del mundo: un empresario que se va con la cartera vacía habría perdido el tiempo y habría sido un ejecutivo nulo, no entiendo dónde está la gracia de la información. A lo mejor es ésto lo que quieren lograr los de Roure cuando se proclaman "comprometidos y divertidos".
De todas formas, la puesta en marcha de un nuevo medio es una buena noticia. No sé yo si le quitará algún lector a El País, visto lo visto. Proyectos así de audaces tienen que ser un ejemplo para los que tienen una visión menos roja de la vida. Para la otra España, la política y empresarialmente mal vista, muchas veces las grandes intenciones acaban fraguando en iniciativas mediáticas cutres y tan poco atractivas que son piedras contra el tejado de su profesionalidad.
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