viernes, 20 de julio de 2007

El portazo de Piqué


Foto: EFE
20 de julio de 2007
. Dicen que el interés del PP por quitarse a Piqué de en medio se dio a conocer en una cena con un ex dirigente del partido en donde se habló off the record. A partir de ahí, la deontología periodística consideró que era importante titular a cuatro columnas y en portada que Rajoy no contaba con el líder del PP en Cataluña. Sea como fuera, relevar a Piqué era una necesidad vital para el futuro del partido, una estrategia prioritaria que debería continuar con la dimisión, por ejemplo, de Javier Arenas así como de otros miembros de la cúpula de Génova, tanto a nivel estatal como autonómico.

Sin embargo, creo que Piqué ha aprovechado la ocasión para irse con ínfulas de mártir. Él sabe que ha fracaso en el PP catalán y que Vidal-Quadras le dio unas cuantas vueltas en cuanto a gestión política de esa difícil región se refiere. Ha pasado por unas elecciones generales y unas autonómicas sin conseguir sumar diputados en el Parlament. Ha trabajado por lograrlo, pero se ha quedado con la miel en los labios. Con este panorama y consciente de la importancia que tendrá Cataluña en los próximos comicios generales, Piqué debería haber dejado el partido antes, por decisión propia. En ese caso, de su responsabilidad política diríamos todo lo contrario de lo que criticamos cuando se marchó de Baleares Jaime Matas. Pero reconocer que la cosa no funciona y tener la honradez de marcharse no es una actitud impresa en los genes de los políticos españoles. Es más fácil aprovechar cualquier excusa para anunciar una retirada provocada por el totalitarismo y el desprecio de otros. Así se gana titulares jugosos hasta en los medios de Prisa y viste su desnudez con retales de letras, echando un bote de humo sobre su incompetencia fomentando que los medios salten por peteneras con una crisis interna en el PP.