Miércoles, 19 de septiembre de 2007. Después de tres años largos en la presidencia del Gobierno, los estudios confrman que a Zapatero no le cree nadie. No hay más que ver cómo reacciona hoy El País ante el anuncio del líder socialista y de su hija predilecta, Carmen Chacón, ministra de la Vivienda de Alquiler, ante el anuncio de otros bonos de regalo para los chicos buenos que alquilen pisos. Es curioso que un presidente del Gobierno haga públicas una serie de medidas sociales, y la primera reacción de la opinión pública, además de tacharlas de electoralismo barato pagado con el dinero del Estado, sea plantear la viabilidad de sus propuestas. Hasta que sale Solbes a la palestra para poner los dineros en su sitio.
El ejecutivo de ZP no funciona. Están todos los ministros de primarias para mantenerse en el cargo o buscarse salidas airosas en el PSOE. Además del nerviosismo, se nota el interés por hacer brillantes jugadas individuales sin trabajar en equipo. Buena intención pero mala puesta en escena y peor resolución. Hay están los dientes de Bernat Soria, clavados en la yugular del titular de Economía; o el bachillerato para tontos de Mercedes Cabrera que es como fomentar el fracaso escolar con premio para los expedientes más desastrosos.
La carrera personalista de los ministros es la prueba del algodón de que ni ellos confían en que Zapatero les saque del atolladero. La gente por la calle, lo comenta: lo de los dentistas gratis nunca será una realidad, ni las subvenciones para los pisos alquilados. Los 2.500 euros de los Reyes Magos no llegarán a ingresarse en las cuentas ajustadas de los padres de familia... Además, que estuviera en las gradas el día en que España perdió el oro en el Eurobasket, eso no se lo perdona casi nadie... ¡Un presidente que no sabe lo que vale un peine!
El que siembra desconfianzas, recoge menos cosecha de votos. A no ser que los medios de izquierda hagan el pino para que Zapatero vuelva a respirar sin medios artificiales... hablando de responsabilidades del PP en Gescartera o avivando el debate de la memoria histórica para volver a poner a los fachas en su sitio.
Si el líder del PSOE fuera jugador de fútbol -vistiendo la camiseta de la selección catalana, por supuesto-, se iría del campo con una sonora pañolada. Y si fuera torero, que le pega, se iría con el rabo entre las piernas. Del buenintecionismo a la sinvergonzonería hay un tiro libre.
El ejecutivo de ZP no funciona. Están todos los ministros de primarias para mantenerse en el cargo o buscarse salidas airosas en el PSOE. Además del nerviosismo, se nota el interés por hacer brillantes jugadas individuales sin trabajar en equipo. Buena intención pero mala puesta en escena y peor resolución. Hay están los dientes de Bernat Soria, clavados en la yugular del titular de Economía; o el bachillerato para tontos de Mercedes Cabrera que es como fomentar el fracaso escolar con premio para los expedientes más desastrosos.
La carrera personalista de los ministros es la prueba del algodón de que ni ellos confían en que Zapatero les saque del atolladero. La gente por la calle, lo comenta: lo de los dentistas gratis nunca será una realidad, ni las subvenciones para los pisos alquilados. Los 2.500 euros de los Reyes Magos no llegarán a ingresarse en las cuentas ajustadas de los padres de familia... Además, que estuviera en las gradas el día en que España perdió el oro en el Eurobasket, eso no se lo perdona casi nadie... ¡Un presidente que no sabe lo que vale un peine!
El que siembra desconfianzas, recoge menos cosecha de votos. A no ser que los medios de izquierda hagan el pino para que Zapatero vuelva a respirar sin medios artificiales... hablando de responsabilidades del PP en Gescartera o avivando el debate de la memoria histórica para volver a poner a los fachas en su sitio.
Si el líder del PSOE fuera jugador de fútbol -vistiendo la camiseta de la selección catalana, por supuesto-, se iría del campo con una sonora pañolada. Y si fuera torero, que le pega, se iría con el rabo entre las piernas. Del buenintecionismo a la sinvergonzonería hay un tiro libre.