lunes, 18 de junio de 2007

La sociedad politizada

Foto: EFE
18 de junio de 2007. Si Raúl lleva la bandera de España para festejar la trigésima liga del Real Madrid resulta que es un facha partidista del nacionalismo español del que hablan los nacionalistas rencorosos procedentes de comunidades autónomas con ansias de separatismo. Se respeta mejor que haya insignias republicanas en el Nou Camp.
Si el PP inunda sus manifestaciones con la roja y gualda, el PSOE interpreta que ha habido una provocación y que el partido de la oposición se quiere hacer con el uso y disfrute del emblema nacional. Cuando hay ikurriñas exclusivistas todo son consentimientos acomplejados.
Si un político da testimonio de su fe, testimonia que es de extrema derecha. Si una juez critica las bodas homosexuales, hay que enterrarla a ella y a todos los homófobos, cuando nadie habla de fobias sino de disparidad de opiniones. Y que a ningún farmacéutico se le ocurra no dispensar píldoras postcoitales múltiples desde sus establecimientos...
El que objeta de Educación para la Ciudadanía, se queda sin título por decreto de Mercedes Cabrera; y el que critica en el Congreso de los Diputados la mala gestión de Zapatero como presidente del Gobierno es un crispador nato. Si el PP no está conforme con el acercamiento a ETA propiciado por los hombres de ZP, ha roto el pacto antiterrorista; sin embargo, si el PSOE habla con ETA desde 2002, sólo estamos jugando a salvar al País Vasco de la lacra del terrorismo...
Si un empresario quiere ser libre, tendrá en su puerta dos hombres del CNI; y si un De Juana requiere vigilancia policial, tendrá la libertad de estar vigilado sólo por su novia. Si la COPE utiliza la libertad de expresión, está insultando y dividiendo las dos Españas; si El País pontifica, las posturas discordantes son versiones conspiratorias...
Así todo. La sociedad politizada en vez de la política socializada. Aquí, el orden de los factores altera considerablemente el producto.