viernes, 7 de marzo de 2008

Retorno a Ermua

Foto: EFE
7 de marzo de 2008
Fin de campaña con tiro en la nuca. Los terroristas ya saben que tienen mucho que decir para dictar sentencia sobre la política española. La muerte de Isaías Carrasco debe ser el momento adecuado para dejar de que ETA nos divida a todos los españoles. En estos cuatro años se ha hecho más caso a los asesinos que a los ciudadanos que quieren ser libres. Los entramados partidistas han hecho que España esté más tensa que nunca. Más que para echar las culpas al PSOE por sus macabras negociaciones y al PP por no haber estado más cerca de Zapatero, es el momento de la reconciliación nacional. Las urnas ya dirán lo que tienen que decir. Mejor que en estos días los políticos no digan nada. Ya lo han dicho todo por activa y por pasiva. Todos juntos, Isaías Carrasco en nuestras oraciones y segunda parte del espíritu de Ermua: la parte final.

Las ikastolas de Zapatero

Foto: EFE
7 de marzo de 2008
Educación para la ciudadanía vuelve a la palestra para dejar en evidencia el interés educativo de Rodríguez Zapatero. Era una materia nacida para morir porque es una intromisión en toda regla en la vida de las familias españolas: por eso veo tan lógico que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía haya dado el visto bueno a la posibilidad de objetar. Como dice mi abuelo, "hay que fijarse" en lo que significa la libertad para el PSOE: impedir a los médicos la objeción en la práctica de abortos, rechazar que las familias objeten sobre la educación moral obligatoria que impone el Estado y penar a los farmacéuticos que no estén por dispensar los condones a buen precio que regala a los jóvenes Bernat Soria . Te lo cuentan y no te lo crees: todo un partido progresista cortando alas. ¡Viva la objeción contra la intromisión del Gobierno en mi casa y en mi conciencia! Basta ya de trabajar por convertir las escuelas en ikastolas socialistas.
Los que no pueden objetar nada son los jueces, y sin embargo, la sentencia del TSJA ha sido la gota que colma el vaso: los socialistas están muy quemados con su veredicto y achacan la verdad judicial a motivos religiosos de los abajo firmantes. Es decir, cuando algún político no afiliado al pensamiento oficial critica la sentencia del 11-M es un destructor de los principios democráticos, un borderline del totalitarismo, y un justiciero de la justicia. Cuando Manuel Chaves y todos los socialistas con carné para hacer campaña critican abiertamente la sentencia andaluza, el agua va sobre las piedras y muerte al conservadurismo en las instituciones públicas.
Es objetivo que el PSOE no tiene mucha autoridad para hablar de injerencias morales en la política. Han sido cuatro años de destrucción masiva de la independencia del poder judicial, empezando por Pumpido y terminando por Bermúdez, el nuevo juez estrella, y los 150 magistrados que han firmado contra el PP en este insólito pacto del Tinell de la judicatura española. Bermejo estará que se chupa los dedos, aunque la historia le adjudique el premio gordo por haber pronunciado la brecha política de los miembros del Supremo y del Constitucional. Con este galardón y con el piso en perfecta condiciones, ya tiene pagados sus años al servicio del PSOE. Lástima que un ministro de justicia sea tan sectario y no trabaje para todos los españoles, y lástima que Bermejo se quede sin opción alguna para refrendar su cargo si gana el PSOE. Al final, las destituciones son reconocimientos de que la metedura de pata fue molesta: lo veremos si pierde el PSOE las elecciones, y si gana, lo veremos con el relevo inducido por Zapatero para quitarse de en medio a Magdalena Álvarez, a Fernández Bermejo, a Conde Pumpido, a Mercedes Gallizo...