Lunes, 3 de septiembre de 2007. Agosto ha sido el mes de la Magdalena. Si Proust levantara la cabeza... porque la ministra de Fomento lo que ha hecho ha sido asomarla con una altanería propia de los que se sienten culpables... También ha sido un mes dedicado a Cristina Narbona, especialista en Medioambiente que se quita de en medio cuando saltan las primeras chispas en los bosques canarios. Si no fuera por el mercado de los fichajes futbolísticos, los 4 fantásticos del Barça, los nuevos semi-zidanes del Madrid, y las tristes batallas de las televisiones por el fútbol-fútbol; si no fuera porque Diana de Gales ha rellenado mucho hueco en la prensa y porque los medios han explotado el fallecimiento de Antonio Puerta; si no fuera por José Tomás y las fotos de Isabel Pantoja; en definitiva, si no fuera porque los periódicos están rellenos en verano de páginas supérfluas, entonces Magdalena Álvarez y Narbona, las mellis, hubieran caído sobre su propio peso.
Sin embargo, la lógica de los 40 grados es inversamente proporcional al sentido común. Por eso, volvemos al cole y nos encontramos que, a siete meses de las elecciones generales, todos los reinos políticos están divididos entre sí. La pelea del PSOE con PSN y el acto heroico de intento de conciliación promovido por Blanco no es nada comparados con la pugna que se traen los medios de izquierda que sostienen a los hombres de Zapatero: Prisa está entre la espada y la pared con el nacimiento de Público y las luchas fubtricidas entre Sogecable y Mediapro. A la muerte de Polanco, todo huele a que su herencia mediática no encontrará un digno aposento en la revista Forbes. Y todo esto, sin entrar al escándalo de la bibliotecaria...
Pero la pelea más absurda es la que viven los hombres del Partido Popular. Entre ellos mismos se han liado a mamporros para destruir la necesaria autoridad que deben concederle a Mariano Rajoy. Las discusiones absurdas entre Gallardón, Acebes, Zaplana y Aguirre... ¿Pero no se dan cuenta estos señores de que no pueden permitirse el lujo de perderse en tonterías internas? ¿No se dan cuenta de lo que hemos sufrido los españoles en estos tres años de gobierno de ZP? Es increíble hasta donde puede llegar el Síndrome del Trepa... Como en marzo no ganen las elecciones generales, es para que el PP desaparezca del mapa. Tiene más fuerza ¡Basta Ya! y profesionales sólidos como Rosa Díez que el único partido que tiene opciones reales de devolver al país a los parámetros normales de cordura... ¡Pegarse por ir de copiloto mientras el país sale a chorros por el tubo de escape es de muy poquita vergüenza!
Sin embargo, la lógica de los 40 grados es inversamente proporcional al sentido común. Por eso, volvemos al cole y nos encontramos que, a siete meses de las elecciones generales, todos los reinos políticos están divididos entre sí. La pelea del PSOE con PSN y el acto heroico de intento de conciliación promovido por Blanco no es nada comparados con la pugna que se traen los medios de izquierda que sostienen a los hombres de Zapatero: Prisa está entre la espada y la pared con el nacimiento de Público y las luchas fubtricidas entre Sogecable y Mediapro. A la muerte de Polanco, todo huele a que su herencia mediática no encontrará un digno aposento en la revista Forbes. Y todo esto, sin entrar al escándalo de la bibliotecaria...
Pero la pelea más absurda es la que viven los hombres del Partido Popular. Entre ellos mismos se han liado a mamporros para destruir la necesaria autoridad que deben concederle a Mariano Rajoy. Las discusiones absurdas entre Gallardón, Acebes, Zaplana y Aguirre... ¿Pero no se dan cuenta estos señores de que no pueden permitirse el lujo de perderse en tonterías internas? ¿No se dan cuenta de lo que hemos sufrido los españoles en estos tres años de gobierno de ZP? Es increíble hasta donde puede llegar el Síndrome del Trepa... Como en marzo no ganen las elecciones generales, es para que el PP desaparezca del mapa. Tiene más fuerza ¡Basta Ya! y profesionales sólidos como Rosa Díez que el único partido que tiene opciones reales de devolver al país a los parámetros normales de cordura... ¡Pegarse por ir de copiloto mientras el país sale a chorros por el tubo de escape es de muy poquita vergüenza!