Foto: EFE
8 de febrero de 2008
Tengo la sensación que la única promesa concreta realizada por Zapatero en la campaña es la de los 400 euros y encima, ni siquiera me ha quedado claro en qué consiste el proceso para conseguir esa extra y qué diferencias habrá según el nivel del contribuyente. Salvo eso y su apuesta por el pleno empleo el día del hundimiento, pocas sorpresas más. Su campaña está siendo, más bien, ir a la contra de la iniciativa del PP y tratar de hacer ver al mundo lo malo que es Rajoy y lo pésima que será la derecha para este país de regresos. Y eso que tiene la sartén del Gobierno por el mando, y aún le queda algún que otro AVE para llegar a su destino antes de las elecciones.
La España que el PSOE tiene en la cabeza es la que representan los actores y actrices superficiales: las medidas para regular la inmigración son xenofobia; el interés por la reforestación, el complejo verde del líder popular; la crisis económica es el cuento de hadas de los antipatriotas, y el personaje del mes es Luis Montes, el presunto anestesista de Leganés especialista en sedaciones precoces. Es la España almodovariana en plena efervescencia, con tacones y a lo loco. La estridencia personificada en los gritos mudos a oídos sordos. Carnero contra frontón o la imposibilidad de un debate serio sobre los temas que de verdad nos preocupan a todos. En esta España de faranduleo, para los políticos, los electores somos tontos por definición. ¡Qué falta le hace a España o un partido democristiano, o un socialismo de altura para abrir juego o un líder sin fisuras que nos haga votar con la cabeza y no con las vísceras!
viernes, 8 de febrero de 2008
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