5 de diciembre de 2007. Los ciudadanos estamos hartos de los políticos esquizofrénicos como ayer quedó patente en la concentración contra ETA celebrada en Madrid. El colmo del ridículo: dos políticos y cuatro gatos. Y encima, uno de ellos era Patxi López, que ni siquiera se atrevió a anunciar su presencia porque seguro que hubiera producido el vacío más existencial.
Los ciudadanos estamos hasta el gorro de peleas de gallos en el Congreso y de profesionales de la política que sólo reaccionan cada cuatro años. Estamos bastante cansaditos de que nuestros representantes sólo nos den problemas, que sean los que tensan la cuerda, los que dividen a España, los que precipitan el decrecimiento económico, los que nos marginan de Europa y del mundo, los que consiguen un suspenso redondo en Educación, los que pretenden hacernos cada vez más tontos. Y hasta aquí hemos llegado. El vacío de ayer fue una higa (*) sonora a todos estos señores encorbatados que se pasan el día calentando el ambiente: personajes tan viles, que son capaces de instrumentalizar hasta lo más sagrado con tal de conseguir dormir el sueño de los justos sobre el frío escay de un escaño del parlamento nacional.
Hartos. Muy hartos. Cansaditos y hasta el moño de un presidente del Gobierno que no es capaz de criticar un atentado de ETA por las calles de la capital. Convoca una concentración y esconde la mano buscando siempre una excusa.
Ya está bien. Ahora que parece que los ciudadanos tenemos la sartén por el mango, a ver si conseguimos despolitizar la sociedad. Sólo así lograremos que cuando haya un atentado de ETA y un joven guardia civil de 23 años se deje la vida a balazos mientras defiende nuestra libertad, volvamos a salir en masa a desbordar las grandes avenidas espontáneamente. No salimos porque los políticos quieran apuntarse un tanto. Salimos porque somos ciudadanos agradecidos. Y además, cuando salimos en riada sobre el asfalto, en el fondo también estamos criticando la gestión política. Posiblemente, antes de marzo, lo demostraremos de nuevo. Si Zapatero se nos fue a Bayona para esquivar los pitidos, que se prepare para los que se le vendrán encima a partir de ahora. Ni el PSOE, ni el PP: la alternativa para lograr la desaparición de los terroristas es una responsabilidad de todos los españoles.
Los ciudadanos estamos hasta el gorro de peleas de gallos en el Congreso y de profesionales de la política que sólo reaccionan cada cuatro años. Estamos bastante cansaditos de que nuestros representantes sólo nos den problemas, que sean los que tensan la cuerda, los que dividen a España, los que precipitan el decrecimiento económico, los que nos marginan de Europa y del mundo, los que consiguen un suspenso redondo en Educación, los que pretenden hacernos cada vez más tontos. Y hasta aquí hemos llegado. El vacío de ayer fue una higa (*) sonora a todos estos señores encorbatados que se pasan el día calentando el ambiente: personajes tan viles, que son capaces de instrumentalizar hasta lo más sagrado con tal de conseguir dormir el sueño de los justos sobre el frío escay de un escaño del parlamento nacional.
Hartos. Muy hartos. Cansaditos y hasta el moño de un presidente del Gobierno que no es capaz de criticar un atentado de ETA por las calles de la capital. Convoca una concentración y esconde la mano buscando siempre una excusa.
Ya está bien. Ahora que parece que los ciudadanos tenemos la sartén por el mango, a ver si conseguimos despolitizar la sociedad. Sólo así lograremos que cuando haya un atentado de ETA y un joven guardia civil de 23 años se deje la vida a balazos mientras defiende nuestra libertad, volvamos a salir en masa a desbordar las grandes avenidas espontáneamente. No salimos porque los políticos quieran apuntarse un tanto. Salimos porque somos ciudadanos agradecidos. Y además, cuando salimos en riada sobre el asfalto, en el fondo también estamos criticando la gestión política. Posiblemente, antes de marzo, lo demostraremos de nuevo. Si Zapatero se nos fue a Bayona para esquivar los pitidos, que se prepare para los que se le vendrán encima a partir de ahora. Ni el PSOE, ni el PP: la alternativa para lograr la desaparición de los terroristas es una responsabilidad de todos los españoles.
(*) Higa: gesto de asomar el dedo pulgar entre el índice y el corazón con el puño cerrado, señalando a personas despreciables.