13 de septiembre de 2007. Empieza el curso y las rebajas de Educación para la proliferación de niños tontos en España. A partir de ahora, un chaval de 1º de Bachillerato que se pase el año jugando a la Play y viendo todas las series de televisión habidas y por haber, podrá estar tranquilo, porque la señora ministra, Mercedes Cabrera, le asegura que, pase lo que pase, si sólo consigue cuatro suspensos en junio, conseguirá promocionar sin ningún tipo de problemas.
Este ministerio trabaja para hacer todo lo posible por conseguir que se llenen las universidades públicas, que están de vacas flacas. Si es necesario, se rebaja la calidad del sistema educativo español hasta límites insospechados. A este ritmo, el año que viene con siete cates, pasas a 2º de Bachillerato, te regalan los libros de texto y un piso en Torrevieja, Alicante. Cursar el Bachillerato va ser el chollo del siglo, más que quedarte sin dientes entre los 7 y los 15 años o tener familia numerosa de primera clase antes de las elecciones generales.
Cabrera a lo mejor no quiere darse cuenta de que así no se solucionan las cosas. Medidas coyunturales sólo agravan la cuestión. Así, seguirán desfilando jóvenes afectados gravemente por la LOGSE y rematados por la gratuidad de cursos regalados por doquier. Luego que los profesores universitarios no se quejen de que los estudiantes no saben ni leer, ni escribir.
El PSOE, y cualquier partido que esté en el Gobierno, tiene que aprender a trabajar para más allá de los cuatro años que dura una legislatura, sobre todo en cuestiones de Educación, donde hace falta, más que nunca, un Pacto de Estado. El problema con el que se encuentra ahora Cabrera es pagar los lodos de la crisis de natalidad. Quizás, reducir la insistencia del equipo de Zapatero en el reparto de condones en las puertas de los colegios públicos y dictar medidas reales para la promoción de la familia sea una medida más estructural para llenar las escuelas. Más estructural y más rentable. Con tontos en la Universidad y en Formación Profesional, España no avanza ni para atrás.
Este ministerio trabaja para hacer todo lo posible por conseguir que se llenen las universidades públicas, que están de vacas flacas. Si es necesario, se rebaja la calidad del sistema educativo español hasta límites insospechados. A este ritmo, el año que viene con siete cates, pasas a 2º de Bachillerato, te regalan los libros de texto y un piso en Torrevieja, Alicante. Cursar el Bachillerato va ser el chollo del siglo, más que quedarte sin dientes entre los 7 y los 15 años o tener familia numerosa de primera clase antes de las elecciones generales.
Cabrera a lo mejor no quiere darse cuenta de que así no se solucionan las cosas. Medidas coyunturales sólo agravan la cuestión. Así, seguirán desfilando jóvenes afectados gravemente por la LOGSE y rematados por la gratuidad de cursos regalados por doquier. Luego que los profesores universitarios no se quejen de que los estudiantes no saben ni leer, ni escribir.
El PSOE, y cualquier partido que esté en el Gobierno, tiene que aprender a trabajar para más allá de los cuatro años que dura una legislatura, sobre todo en cuestiones de Educación, donde hace falta, más que nunca, un Pacto de Estado. El problema con el que se encuentra ahora Cabrera es pagar los lodos de la crisis de natalidad. Quizás, reducir la insistencia del equipo de Zapatero en el reparto de condones en las puertas de los colegios públicos y dictar medidas reales para la promoción de la familia sea una medida más estructural para llenar las escuelas. Más estructural y más rentable. Con tontos en la Universidad y en Formación Profesional, España no avanza ni para atrás.
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