13 de noviembre de 2007. Ya hay politono con el por qué no te callas del Rey. ¡Qué país! Ahora vendrán los dominios web, las camisetas, las pegatinas en el Bollycao, la barbie venezolana, una serie de televisión y un especial en las televisiones sobre el papel de Juan Carlos I en la consolidación del estado español. Al final, de lo más superficial se irán nutriendo los superficiales para construir una realidad mediáticamente vaporosa.
En la disputa entre Zapatero y Chávez, además de todo lo apuntado en el post de ayer, hay una frase que me ha llamado poderosamente la atención. La dice el presidente del Gobierno en ese monólogo para sordos indigenistas: "La forma hace al ser". Ooohhhhhhhhh! El líder socialista en el ágora de la Cumbre Iberoamericana. Un filósofo detrás de su genio y figura. Una máxima aprendida quizás de un colaborador. Zapatero, un dirigente ilustrado entre una tribu de dictadores enfermizos.
"La forma está en el ser". Repita conmigo. Si no fuera por las grabadoras, esta sentencia del presidente hubiera muerto ahogada en Chile. Sin embargo, los avances de la técnica a veces son un anzuelo y por la boca muere el pez.
No es fácil pensar y actuar en la misma dirección y sentido. No hay más que contemplar la esquizofrenia colectiva. Pero Zapatero es una excepción, piensa que "la forma hace al ser" y por eso funciona centrando su misión en el mundo de las apariencias. Una sonrisa hace a un presidente. Un consentimiento, una política internacional. Un torpeza hace a José Blanco. Es la tercera generación de la política virtual.
En la disputa entre Zapatero y Chávez, además de todo lo apuntado en el post de ayer, hay una frase que me ha llamado poderosamente la atención. La dice el presidente del Gobierno en ese monólogo para sordos indigenistas: "La forma hace al ser". Ooohhhhhhhhh! El líder socialista en el ágora de la Cumbre Iberoamericana. Un filósofo detrás de su genio y figura. Una máxima aprendida quizás de un colaborador. Zapatero, un dirigente ilustrado entre una tribu de dictadores enfermizos.
"La forma está en el ser". Repita conmigo. Si no fuera por las grabadoras, esta sentencia del presidente hubiera muerto ahogada en Chile. Sin embargo, los avances de la técnica a veces son un anzuelo y por la boca muere el pez.
No es fácil pensar y actuar en la misma dirección y sentido. No hay más que contemplar la esquizofrenia colectiva. Pero Zapatero es una excepción, piensa que "la forma hace al ser" y por eso funciona centrando su misión en el mundo de las apariencias. Una sonrisa hace a un presidente. Un consentimiento, una política internacional. Un torpeza hace a José Blanco. Es la tercera generación de la política virtual.
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