5 de octubre de 2007. Las cúpulas de Batasuna han pasado esta noche bajo rejas, pintando barras en las paredes contando los días que faltan para las elecciones generales. Aunque tienen mala conciencia y saben que pueden ser imputados por pertenencia directa a banda armada, entienden que la operación nocturna del juez Baltasar Garzón, que ha hecho saltar por los aires todas las portadas de todos los periódicos nacionales, tiene mucha pinta de ser una maniobra electoralista más: salud bucodental gratuita, rebajas en los pisos de alquiler y detención de los revoltosos amigos de Otegui. Todo en el mismo pack.
Feliz de que los que incumplen la ley y amedrentan la libertad estén en su sitio, pero triste porque estas mismas detenciones podrían haberse ordenado por el mismo juez cuando estaba de parte del diálogo con los etarras. Si el sentido común hubiera prevalecido sobre el sentido de la supervivencia política, tanto Garzón como el Gobierno de Zapatero habrían hecho los deberes a tiempo y entonces habría que reconocerles el mérito. Hay muchas cosas que cuando se hacen fuera de calendario pierden eficacia, sobre todo cuando un retraso intencionado provoca que nazcan partidos ilegales como ANV que han desestabilizado aún más la vida de la gente buena del País Vasco.
Si Zapatero y el juez estrella hubieran pactado estas detenciones en su día, continuando con la campaña de Aznar contra todo el entramado batasuno, en vez de dar alas a los encapuchados, a lo mejor Regina Otaola y otros alcaldes y concejales de los pueblos vascos no serían hoy personajes heroicos. Además, cuando se sacan las lecheras por las calles antes de unos comicios generales -sobre todo con lo que le está costando al PSOE las carantoñas a ETA durante el "proceso"- la sensación es de que Zapatero quiere ganar puntos en el ránking de políticos oportunistas, donde Blanco arrasa por goleada... y Zaplana le sigue muy de cerca... Por culpa de las concesiones del ejecutivo, ahora los hombres de Batasuna van a ser encima mártires de la represión españolista.
Feliz de que los que incumplen la ley y amedrentan la libertad estén en su sitio, pero triste porque estas mismas detenciones podrían haberse ordenado por el mismo juez cuando estaba de parte del diálogo con los etarras. Si el sentido común hubiera prevalecido sobre el sentido de la supervivencia política, tanto Garzón como el Gobierno de Zapatero habrían hecho los deberes a tiempo y entonces habría que reconocerles el mérito. Hay muchas cosas que cuando se hacen fuera de calendario pierden eficacia, sobre todo cuando un retraso intencionado provoca que nazcan partidos ilegales como ANV que han desestabilizado aún más la vida de la gente buena del País Vasco.
Si Zapatero y el juez estrella hubieran pactado estas detenciones en su día, continuando con la campaña de Aznar contra todo el entramado batasuno, en vez de dar alas a los encapuchados, a lo mejor Regina Otaola y otros alcaldes y concejales de los pueblos vascos no serían hoy personajes heroicos. Además, cuando se sacan las lecheras por las calles antes de unos comicios generales -sobre todo con lo que le está costando al PSOE las carantoñas a ETA durante el "proceso"- la sensación es de que Zapatero quiere ganar puntos en el ránking de políticos oportunistas, donde Blanco arrasa por goleada... y Zaplana le sigue muy de cerca... Por culpa de las concesiones del ejecutivo, ahora los hombres de Batasuna van a ser encima mártires de la represión españolista.
1 comentario:
Bien visto!
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